27 de agosto de 2013

No more summertime sadness...

Agosto entra en su recta final. Y aunque durante septiembre todavía queda verano, parece que con el fin de este mes el tiempo estival también se acaba. Recuerdo que cuando empezaba, yo le pedía a este agosto que pasase rápido porque presentía que éste iba a ser un verano horrible. Y a día de hoy, a pesar de que no todo ha sido como me gustaría, la sensación que tengo es muy positiva. Por primera vez en mucho tiempo puedo decir que estoy algo más contenta y, sobre todo, motivada.

He ido a la playa más de lo que me esperaba y tengo un colorcito que me encanta. Eso ha supuesto que mi madre, que creía que este año no pisaría la arena, también la haya podido disfrutar, así que eso también es un premio para mí. Fui tres noches a Las Colombinas, la feria grande de Huelva que conmemora la partida de Colón hacia el Nuevo Mundo. Y me lo pasé en grande. Cada noche fui con diferentes amigos viviendo la fiesta de distintas formas. Vi los conciertos de Malú y Mojinos Escozíos, bailé, canté, salté, me reí, me reencontré con gente a la que hacía tiempo que no veía, disfruté... Llevaba unos años en los que iba una noche a lo sumo, el pasado me torcí el pie nada más llegar... Y este ha sido genial, la verdad. Así que no me puedo quejar. También he estado en un concierto de Rozalén, a quien recomiendo totalmente ver en directo porque tiene un arte tremendo la tía y he probado por primera vez el sushi, que no me ha gustado nada pero al que tengo que dar otra oportunidad porque el sitio dejaba un poquito que desear. He retomado el buen hábito de pasar al menos una tarde a la semana jugando a videojuegos con uno de mis mejores amigos y también he hecho una nueva amistad que, aunque justo días después de conocerla en persona se ha ido de Erasmus nada menos que a Suecia, presiento que podríamos ser buenas amigas. (¡Hola, Irene!)

Es cierto que he descuidado un poquito el estudio, que ni de coña he llevado el buen ritmo que tuve durante abril, mayo y junio, pero sigo con la ilusión y las ganas de que una de las plazas de matrona sea mía, a poder ser en Madrid, por motivos obvios. Así que estoy convencida de que volveré a coger sin problemas la rutina de estudio cuando me ponga a ello. Ahora en septiembre sale la convocatoria y habrá que hacer papeleos y demás, con lo poco que me gustan, pero espero que todo vaya bien y saber pronto la fecha del examen para saber el tiempo real que me queda.

Y es que este mes de agosto (bueno, desde finales de julio) me he estado haciendo a otro tipo de rutina y esta vez de verdad de la buena. Estuve desde julio tomando contacto con el deporte, haciendo unas tablas en mi casa sacadas de internet, empezando a comer mejor... Pero me he apuntado a un gimnasio y el 22 de julio tuve mi primera clase de spinning. Y a partir de ahí ha sido todo un no parar. Voy a spinning y a body pump según lo que toque cada día y a pesar de querer morirme la primera semana, en cuestión de un mes he aumentado el peso que levanto en body pump y llevo casi bien del todo el ritmo del spinning. Estoy super contenta, porque además estoy teniendo muy buen rollo con la gente de la clase (somos poquitos ahora en verano) y porque bueno, me apunté obviamente para adelgazar y lo estoy consiguiendo. Apenas voy camino del tercer kilo perdido, que en un mes no está nada mal. Pero se me nota muchísimo en cuanto a volumen, lo estoy flipando, la monitora está super contenta conmigo y siempre me está animando y es una motivación tremenda. Creo que nunca me había mirado a mí misma con tan buenos ojos y había visto tan buenos progresos. Estoy comiendo muy bien y no lo estoy pasando tan mal como esperaba. Y lo mejor es en cuanto a la actitud, que eso sí que se nota. Estoy mucho más positiva, me estoy queriendo a mí misma mucho más, me encanta mirarme al espejo y ver cómo va cambiando todo, jajaja! Y es un subidón tremendo ver cómo ahora me encuentro mejor con respecto a la ropa, a mí misma... No sé, es que es todo tan positivo... Creo que lo único negativo que tiene es que me duele en el alma pedirle a mi madre los cuarenta euros que me cuesta al mes el gimnasio, pero la pobre me los da de buen grado porque me ve tan contenta y motivada (aunque me diga que me estoy quedando sin tetas y eso NO MOLA)...

Así que a la nueva temporada sólo le pido constancia. Ojalá sea capaz de mantener este ritmo, que el estudio vaya cada vez mejor, que mi cuerpo siga respondiendo tan bien a la caña que le estoy dando y que dentro de un tiempecito pueda mirar hacia atrás y darme cuenta de que todo lo que he conseguido ha sido gracias a mi esfuerzo. No sé si todo me saldrá bien, pero mi propósito de año nuevo de tomar las riendas de mi vida y dedicar este año a mí, de momento, no está yendo nada mal.

¿Y vuestro verano? ¿Os atrevéis a contarme en los comentarios? Yo por mi parte prometo intentar pasarme más a menudo por vuestros blogs en cuanto empiece con el estudio y me vuelva a estabilizar en esta rutina que si me hubieran dicho hace unos meses que llevaría tan bien, no me lo creería.


Besos con marca más mas maripósicos (¿?) y metamórficos (¡!) que nunca.
(Lo de estar malita de lo mío...
Eso no cambia, como podéis ver...)

17 de agosto de 2013

La gran mentira.

Alicia, la del País de las Maravillas, no era rubia.


A saber en qué más cosas nos mintieron... Como que íbamos a acceder a todo lo que nuestros padres no pudieron. O que de amor nadie se muere. Hasta que descubres la gran mentira de morirte un poco cada día porque su piel no es lo primero que te toca al abrir los ojos por las mañanas, cuando empiezas una nueva jornada de esa vida que dista mucho de la que soñaron para ti.

Besos con marca.

9 de agosto de 2013

Fruslerías (XX - edición especial verano).

Caravana hasta la playa cantando y bailando al ritmo de una radio que pierde señal conforme nos vamos alejando de la ciudad. Los últimos días antes de que llegue esa visita que tanto esperas, con los nervios haciendo de las suyas y la ilusión compitiendo con tu sudor para salirte por los poros. Comprar cigarros a cinco duros cada uno y hacer como que fumabais en aquel paraje raro, cruzando peligrosamente la autopista, con la adrenalina golpeándoos las sienes. Leer en el balcón con los pies colgando, el culo fresquito y el falso sauce llorón más quieto que nunca. Vacaciones Santillana y un workbook de Matemáticas que hicimos al borde de tu cama de Punta, ésa donde violaste nuestra amistad y ya nunca volvió a ser lo que era. Fango hasta las rodillas huyendo de cangrejos y convencionalismos. Carreteras que podrías conducir a ciegas después de tres años de hacer todos los días lo mismo. El Mundial. Fruta fresca. La Baticao. No dormir si no te tapas y no dormir si tienes calor porque te has tapado, porque así eres tú: pura contradicción. Tardes que se nos hacen noches que se nos van de las manos. Volver a casa haciendo autoestop, rompiendo por el camino tres o cuatro corazones que antes te habías ganado a puñetazos. No saber dónde se ponen "las largas" en el coche que acabas de aprender a conducir. Almuerzo y helado gratis en una casa en la que es muy difícil saber de qué color son las paredes, pero que te da igual porque la mujer de tu vida, aunque tú no lo sepas, está sentada a tu derecha. Convertir la estación en nuestro punto de encuentro. Operación parte de abajo del bikini. Adivinar nombres bajo el agua y acurrucarte a tus primos recién descubiertos para ver una lluvia de estrellas tumbados en la arena. Maratones: de series, de besos, de despedidas. Moratones: de fútbol, de machos, de amor. Volar a otro país y seguir la estela. Blanco, rojo, marrón, muda y vuelta a empezar. Algo así como tener un novio y que te pidan permiso para salir con él. Conciertos, desconciertos y recitales musicales, siempre mejor con un mojito en la mano y el océano de frente si miras a poniente. Quedar entre el quiosco y la pirámide y que te echen por primera y única vez de una discoteca. Todos contra el fuego pero tú, ardiendo, sólo sabes apagarte si te metes bajo el agua tapándote la nariz.

Buscar la concha más bonita de la playa para mandártela.


Y que se rompa.
Que todo se rompa.

Besos con marca.
Y arena y algas.

1 de agosto de 2013

Ausencias.

Ausencia en todo veo:
tus ojos la reflejan.
Ausencia en todo escucho:
tu voz a tiempo suena.
Ausencia en todo aspiro:
tu aliento huele a hierba.
Ausencia en todo toco:
tu cuerpo se despuebla.
Ausencia en todo pruebo:
tu boca me destierra.
Ausencia en todo siento:
ausencia, ausencia, ausencia.

[29]
Cancionero y Romancero de Ausencias
Miguel Hernández


Imagínate cuando no hay ojos en los que verte cuando la luz acompaña. Cuando cada vez es más difícil escuchar tu voz. Cuando tu aliento no es lo único que me roza por las noches. Cuando ya no sé si sabré cómo volver a acoplarme a tu cuerpo y tu boca se ha convertido en mi mayor necesidad.

Este verano está siendo muy largo.
Y muy raro.


Hola, Agosto. Pasa rápido, por favor.
Besos con marca.